El Gesto este año, nuevamente, se celebra en la Jornada Mundial de los Pobres. Una jornada que tiene como lema “Grita por la justicia. Garrasi egin, gartsu ekin”. Vivimos en un mundo desigual e injusto que ocasiona mucho sufrimiento: pobreza y exclusión, inmigración, personas sin trabajo, sin hogar, personas solas… El Papa Francisco nos pide que redescubramos el valor de estar juntos, de orar juntos en comunidad y de compartir la comida. Que sea una experiencia que nos devuelve a la primera comunidad cristiana, que el evangelista Lucas describe en toda su originalidad y sencillez: «Perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones (Hch 2,42)
Dimensión social en el núcleo de la evangelización
El lema es «no amemos de palabra sino con obras. Ekin eta egin» coincidiendo así con el lema del acento diocesano. Lo que se pretende con ese lema, tomado de la Jornada Mundial de los Pobres convocada por el Papa Francisco, es «estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro».
Familia, sujeto de evangelización
El lema es «El mundo, nuestra familia. Etxean bezela, makalenak lehenak». Con este tema queremos recordar como el mundo en el que vivimos genera desigualdad, dolor, sufrimiento,… y reconocer que en la mayor parte de las ocasiones es la familia quien está siendo soporte, acompañante de esas realidades en dificultad. El lema nos invita a globalizar la familiaridad, a construir un mundo más justo y fraterno, a vivir y ser la humanidad una gran familia; y al mismo tiempo a poner en valor la familia como escuela de fraternidad y solidaridad, de compromiso social.